LOS BENEFICIOS DE EL ALQUEQUENJE
El alquequenje es una planta vivaz de la familia de las solanáceas que se caracteriza por poseer unos frutos ácidos, agradables, de un color que varía entre el naranja y rojo y que se halla envuelto por un hermoso cáliz del mismo color.
El fruto se denomina baya.
Esta planta se puede encontrar en toda la Península, aunque predomina en Castilla, Cataluña y Andalucía; para su crecimiento no necesita de nada especial, tan solo algo de humedad y terrenos ligeramente calcáreos.
Es una hierba muy apreciada por su carácter ornamental, sobre todo en épocas
frías, cuando sus cálices secos conservan su bonito color y forma; por ello no es extraño encontrarla en jardines a los que proporciona alegría y color.
La planta florece en verano o incluso antes, a mediados de la primavera.
Para la recolección nos centramos en el fruto, que es al que se le atribuyen las virtudes se recogen estas bayas y se ponen a secar, bien extendidas, a la sombra o en secadero, sin sobrepasar los 40ºC; luego se conservan en un tarro de cristal hermético.
Los frutos son comestibles ya que no poseen ninguna sustancia tóxica.
Como ya vimos, tienen un sabor ácido, que se torna amargo, pero sin llegar a ser desagradable.
La acidez se debe al ácido cítrico, que es de los pocos principios activos que han podido aislarse en esta planta.
También parece que contiene carotenoides y algún principio amargo.
En los frutos, por otra parte, se han hallado cantidades importantes de ácido ascórbico
vitamina C
y algo de vitamina A.
Es una planta con importantes acciones diuréticas, además de servir para disminuir o deshacer las piedras de la vejiga; y como también acelera la eliminación de ácido úrico (efecto uricosúrico), se emplea en casos de gota y reumatismo.
Gracias a su alto contenido en vitamina C resulta también aconsejable tomarlo durante las convalecencias, catarros y gripes.
Además posee un efecto laxante demostrado, por lo que se puede usar en casos de estreñimiento moderado.
- Polvo. Las bayas una vez desecadas se trituran hasta convertirlas en polvo; se pueden tomar de 2 a 3 gr. unas 3 veces al día.
- Decocción. Se hierven entre 15-20 bayas durante cinco minutos en un litro de agua; se deja reposar y enfriar; se cuela el líquido y se edulcora a gusto de cada uno; se toma un vaso por la mañana, con lo que se obtiene un buen efecto depurativo.
- Vino de alquequenje. Se cogen 200 gr. de bayas secas o 100 gr. de bayas y 100 gr. de hojas también secas y se ponen a macerar en un litro de vino blanco. Después de un período de maceración entre 1 y 2 semanas, durante el cual se ha ido removiendo todos los días, se filtra el líquido y se embotella. Se puede beber un vasito después de las principales comidas, gracias a su efecto diurético.
- Jarabe. Partiendo de un 10% de extracto, se puede preparar un jarabe del que se tomará una cucharada grande, tres veces al día.
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